La espiritualidad de la Nueva Era - Inspirational Stories (Parte 58)

La espiritualidad de la Nueva Era - Inspirational Stories (Parte 58)

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493

Resumen:
Hubo un gran sabio en la India llamado Vyasa. Esta Vyasa se conoce como el autor de los aforismos Vedanta, y fue un hombre santo. Su padre había tratado de convertirse en un hombre perfecto y había fracasado. Su abuelo también había intentado y han fracasado. Su gran - abuelo había intentado y fallado de manera similar. Él mismo no tuvo éxito a la perfección, pero su hijo, Shuka, nació perfecto. Vyasa le enseñó a su hijo de la sabiduría, y después de enseñarle el conocimiento de la verdad a sí mismo, le envió a la corte de Ki ...


Palabras clave:
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Cuerpo del artículo:
Hubo un gran sabio en la India llamado Vyasa. Esta Vyasa se conoce como el autor de los aforismos Vedanta, y fue un hombre santo. Su padre había tratado de convertirse en un hombre perfecto y había fracasado. Su abuelo también había intentado y han fracasado. Su gran - abuelo había intentado y fallado de manera similar. Él mismo no tuvo éxito a la perfección, pero su hijo, Shuka, nació perfecto. Vyasa le enseñó a su hijo de la sabiduría, y después de enseñarle el conocimiento de la verdad a sí mismo, lo envió a la corte del rey Janaka. Él era un gran rey y se llamaba Janaka Videha.Videha significa "sin cuerpo". A pesar de un rey, que había olvidado por completo que era un cuerpo, sentía que era un espíritu todo el tiempo. Este muchacho Shuka fue enviado a ser enseñados por él. El rey sabía que el hijo de Vyasa se acercaba a él para aprender la sabiduría: así que hizo a determinadas de antemano. Y cuando el muchacho se presentó en las puertas del palacio, los guardias no se dio cuenta de lo que sea. Sólo le dio un asiento, y se sentó allí durante tres días y noches, nadie habla de él, nadie le pregunta quién era ni de dónde era. Era hijo de un sabio muy grande, su padre fue honrado por todo el país, y él mismo era una persona muy respetable, sin embargo, el bajo, vulgar guardias del palacio que no hacen caso de él.

Después de eso, de repente, los ministros del rey y de todos los funcionarios de gran oportunidad llegó allí y lo recibió con los máximos honores. Se llevó a cabo en él y lo condujo a espléndidas habitaciones, le dio la mayoría de los baños aromáticos y vestidos maravillosos, y durante ocho días, lo mantuvieron allí, en todo tipo de lujos. Ese rostro sereno de Shuka solemnemente no cambió hasta la más pequeña medida por el cambio en el trato concedido a él, que era la misma en el medio de este lujo, mientras espera en la puerta. Luego fue llevado ante el rey. El rey estaba en su trono, la música estaba jugando, y el baile y otras diversiones estaban pasando. El rey le dio un vaso de leche, llena hasta el borde, y le pidió que fuera siete veces alrededor de la sala sin derramar ni una gota. El niño tomó la copa y procedió, en medio de la música y la atracción de los rostros hermosos. Como desea el rey, siete veces se fue redonda, y ni una gota de la leche fue derramada. La mente del niño no podría ser atraído por nada del mundo, a menos que permitió que le afectan. Y cuando trajo la copa del rey, el rey le dijo: "Lo que tu padre te ha enseñado,